- que lo malo fue tan bueno que podrías repetir -
Sabíamos no decirnos nada conservando en apariencia una amistad consolidada, sabíamos no exigirnos mucho 'hola qué haces? convidame un pucho que me tenes abandonada'. Vos con tu mochila a cuestas, yo con la excusa perfecta para charlar de pavadas. Nos hizo un guiño san telmo, un poco de humo en el medio y enloquecieron las miradas.
Quiso el destino que esa noche hiciera frío y que el ruido de los coches me hiciera hablarte al oído, y si el diablo se contenta con que dudes un instante -vos y yo, nuestras miserias- y esta noche por delante.
¿Quién sabe?
Un umbral perdido y aquel bar medio vacio como único testigo, brindamos por el olvido y el espíritu del vino se fue haciendo nuestro amigo. Con el corazón en llanta nada mejor que tu lengua abrigando mi garganta 
/// quiso el destino que ya no hiciera más frío

y sin coches 
y sin ruido
sigo hablandote al oido ///